El papel de aluminio es uno de los principales residuos domésticos de España, pero el 72% de este residuo está fabricado sin mezclar con otros materiales, por lo que puede reciclarse.
Los envases para pasteles o las láminas para cocinar, aparte del papel con el que envolvemos los alimentos, no han de desecharse a la basura, sino separarse para su posterior reciclado en el contenedor amarillo.